
Incluso concedió entrevistas a blogueros y se jactó de que se movía tan rápidamente que las autoridades nunca le encontrarían.
Pero Holly dijo a Wired.com que el FBI le encontró el lunes, se incautó de tres ordenadores y un teléfono en su casa en Murfreesboro, Tennessee. No fue detenido ni se presentaron cargos en su contra.
'Estaba como temblando. Me pilló con la guardia baja', dijo a Wired.com
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