“No puedo esperar a regresar a México el próximo año”“El público mexicano es la mejor audiencia del mundo y no lo digo como una frase ensayada o como un cumplido”, señala Buckland, al momento que se le dibuja en el rostro una sonrisa de ojos grises y se peina con la mano una barba roja y bien recortada.—¿Con el paso de los días, cómo recuerdas el concierto de Nueva York?
—Estábamos muy emocionados por tocar de manera gratuita, porque no hay muchas bandas que lo hayan hecho. La intención era dar algo a cambio, porque siempre estás recibiendo y queríamos entregar un regalo. Pero también tuvo algo de egoísmo: queríamos probar algunas cosas que podrían no salir bien. No deseábamos hacer pagar a la gente por nuestros errores.
—¿Y cómo fue el concierto?
—Cometimos muchos errores. Una de mis guitarras no funcionó un buen rato. Fue un sistema de aprendizaje a golpes. Pero estuvo bien porque los últimos conciertos han mejorado.
—Un crítico de música los calificó como la banda más insufrible de la década, ¿sufres con estas opiniones?
—Sí y no. Tenemos muchas críticas y a veces las llevas a bordo y a veces no. No se trata de complacer a todos. Hace un par de años hubo una crítica descorazonadora que apareció en el New York Times. Te duelen, pero al mismo tiempo te sacuden y te hacen descubrir que no a todos les gustas. Y eso es bueno.
—¿Qué te dice la palabra mariachi?
—Me recuerda las mejores vacaciones que he pasado, en Puerto Vallarta. Y me recuerda al público mexicano: es la mejor audiencia en el mundo, la que hace más ruido, la que es más apreciativa y generosa. Es un lugar siempre excitante para tocar. Regresaremos el próximo año a México, no puedo esperar más.
—¿Cómo es un día en tu vida, escuchas música todo el día?
—Solía hacerlo. Ahora no. Tengo una nena de nueve meses.
—¿Y puedes dormir?
—No.
—¿Qué te recuerdan Los Beatles?
—Al mejor guitarrista, al menos mi favorito, George Harrison.
—¿Para crear, qué se necesita: inspiración o disciplina y trabajo?
—Es como pescar. A veces estás todo el día y no atrapas nada y otras ocasiones caen tres peces en un rato.
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